MEDITACIÓN
Caná de Galilea estaba a unos ocho kilómetros de
Nazaret. Dos pueblos vecinos, con las rivalidades típicas de estos casos,
pero también con mucha relación. No es extraño, pues, que la familia de
Jesús tuviera buena amistad con gente de Caná y que un día de una boda fueran
invitados.
Da gozo ver a María y a Jesús y a los discípulos
en una fiesta de bodas, olvidando preocupaciones, dejándose llevar por la
alegría nada complicada que da el comer y beber juntos, viviendo la
felicidad de encontrarse reunidos gente conocida, y compartiendo la celebración
del amor de una pareja.
María, allí, feliz en aquella fiesta y preocupada
porque la fiesta vaya bien, nos enseña algo que vale la pena que hagamos
nuestro. Y es que la alegría de Dios, el gozo de Dios, la vida de Dios, está
también hecha de las pequeñas alegrías de cada día, del gozo de encontrarse un
grupo de amigos y salir de fiesta, de la vida que se crea cuando una pareja se
dice su amor, de la felicidad de romper de vez en cuando preocupaciones y
angustias y dejarse llevar por el gusto de las cosas. Y María nos enseña, a la
vez, a valorar la alegría de los demás, y a sentirnos contentos cuando los demás
lo están.
Da gozo, ver allí a María, feliz en aquella fiesta
y atenta para que todo vaya bien.
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos
dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida.
Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar
con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario