MEDITACIÓN
Dios se ha fijado en María, que, en Nazaret, vivía la esperanza de una vida diferente, la confianza en Dios que no abandona a los hombres. Dios ha escogido a María para llevar a cabo su salvación. Dios la llama, anuncia que por ella vendrá al mundo un niño, Jesús, que será e! Hijo de Dios: Dios mismo hecho hombre. María será la madre de aquel que es la Luz, la Vida, la Gracia, la Fuerza, la Esperanza para la humanidad.
Este será e! gran misterio de! amor de Dios. Todo es obra suya, todo será obra suya.
Y así actuará Dios en María. Jesús, el niño que nacerá de ella, será pura obra del amor de Dios. Dice e! Evangelio: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Todo será obra de Dios: e! niño que nacerá será fruto de la fuerza del Espíritu de Dios.
Y María acepta. María está dispuesta a que Dios actúe en ella. María acepta que el Espíritu de Dios la fecunde. María es aquí, de una manera muy especial, la imagen de todo creyente: porque todo creyente es llamado a aceptar que Dios actúe en él; todo creyente debe estar dispuesto a que el Espíritu de Dios lo fecunde. Porque únicamente de este modo del creyente nacerá Vida.
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida. Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
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