MEDITACIÓN
Herodes tenía miedo de aquel niño, Jesús, el hijo
de María. Los magos le habían hablado de un rey de los judíos que acababa de
nacer, y él comenzaba a temer por su poder. Era un gobernante despótico,
puesto allí por los romanos, y hacía cuanto le venía en gana, sin ningún
escrúpulo. No le importaba matar a quien fuera o robar lo que fuera: era el
dueño de todo, personas y cosas, y nada tenía ningún valor a sus ojos.
Herodes, atemorizado ante aquel posible competidor,
empieza a moverse para eliminarlo como sea. La familia de Jesús tiene que huir:
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí
hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle».
Sí, desde el comienzo la vida de Jesús estará
marcada por la opresión y el mal que los hombres somos capaces de producir. El,
con María y José, será solidario desde el comienzo con todos los que llevan en
su rostro el estigma de la opresión y la injusticia. El, con María y José, hará
suyos los dolores y las esclavitudes de todo tipo que sufren los hombres.
Y después, cuando Herodes haya muerto y José, María
y Jesús puedan volver de Egipto, aquel retorno será como un signo de que las
opresiones, las injusticias, los dolores, las esclavitudes, tienen que ser
vencidas. Porque Dios quiere que lo sean.
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos
dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida.
Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar
con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
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