lunes, 14 de mayo de 2012

Mes de mayo, mes de María: día 14



MEDITACIÓN
Desde el comienzo, ¡cuán difícil es nuestra historia humana' Desde el comienzo, Dios quería que compartiésemos su proyecto de amor, y los hombres nos hemos vuelto de espaldas a él. Hemos preferido nuestros pequeños intereses, nuestras pequeñas comodidades, nuestras ganas de afirmarnos ante los demás, nuestros individualismos.
Dios no nos ha dejado nunca de su mano. Dios ha querido siempre acercarse a los hombres. Y ha actuado en nuestra historia. Y muchos hombres han sido capaces de responder a Dios. Abrahám, con su robusta fidelidad, es el primer modelo de esta respuesta.
Allí en Belén tiene lugar este momento definitivo del amor de Dios, que es a la vez momento definitivo de la historia humana. Allí, de María, nace el Hijo de Dios, San Pablo, en su carta a los cristianos de Galacia, lo expresa así: «Cuando el tiempo llegó a su plenitud, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para que obtuviéramos ya la condición de hijos».
Nacido de una mujer. De aquella mujer de Nazaret que se llamaba María. Por ella, por María, Dios entronca con la raza de los hombres, con nuestra raza. Dios tiene, por María, nuestra misma carne y nuestra misma sangre. Y nosotros tenemos la misma carne y la misma sangre de Dios.
Por aquella mujer, María, Dios ha entrado en nuestra historia y nosotros hemos entrado en la vida de Dios. Somos hijos de Dios, somos hermanos de Jesús, tenemos su mismo Espíritu, somos herederos de su Reino.


ORACIÓN
Gracias, María, por habernos dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida. Ruega por nosotros para que 
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar con júbilo, el gozo de creer, 
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

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