MEDITACIÓN
Allí en Nazaret, en casa de María, resuenan unas palabras intensas, maravillosas. Son el mensaje de Dios, el mensaje personal de Dios: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
La llamada de Dios a María, la salutación amorosa de Dios a María, es la llamada más grande que Dios haya hecho nunca. Pero es la misma llamada que nos hace a cada uno de nosotros, a cada hombre y a cada mujer que esté abierto a mirar más allá, que no viva pegado a los intereses mezquinos de cada día. y el mensaje prosigue: «No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo , el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre; reinará sobre la casa de Iacob para siempre y su reino no tendrá fin».
Ante el amor inagotable, inmenso del Dios que viene a compartir nuestra vida, no podemos hacer más que sentir.
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida. Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
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