MEDITACIÓN
Eran épocas difíciles, y el reino de Judá corría
peligro. Estamos a unos siglos del nacimiento de Jesús. Las tropas de los
reinos vecinos se acercaban peligrosamente a las fronteras, y la misma ciudad de
Jerusalén podía caer en sus manos. El profeta Isaías, no obstante, habla con
convicción y dice al rey que no tema, porque Dios se compromete a sostener a su
pueblo y mantener aquel reino gobernado por la dinastía de David.
Sí, la doncella que ha de tener un hijo es María,
y el hijo que será el Emmanuel es Jesús. María es quien verdaderamente trae
al mundo a aquél que es el Dios que se hace presente en nuestra vida para
vivirla como nosotros la vivimos y para poner en ella el amor que sólo Dios es
capaz de poner.
Cuando María, al cabo de los treinta largos años
de Nazaret, ve que Jesús deja la casa, el trabajo y el pueblo, y va hacia el
Jordán con Juan el Bautista, ve la realización de aquel anuncio.
Porque Jesús será Dios con nosotros cuando
anunciará el Reino de Dios, cuando curará enfermos, cuando levantará ánimos
abatidos, cuando llamará a cambiar el modo de vivir, cuando combatirá la
hipocresía, la mentira y el afán de riqueza y de poder, cuando se colocará a
favor de los débiles, cuando contagiará una infinita confianza en el amor del
Padre, cuando morirá en la cruz por fidelidad al Reino, cuando resucitará y
llenará el mundo de vida.
Este será el Emmanuel, el Dios con nosotros. El
hijo de aquella doncella que Isaías había anunciado, aquella doncella de Nazaret
que se llama María.
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos
dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida.
Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar
con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario