miércoles, 23 de mayo de 2012

Mes de mayo, mes de María: día 23



MEDITACIÓN
Mirando la cruz de Jesús, al pie de la cruz de Jesús, se ve, con toda su cruel dureza, la fuerza del pecado en el mundo.
Sí, Jesús ha vivido esta vida con las únicas armas del amor, y ha chocado con la fuerza del mal y del pecado. El mal y el pecado siempre tiene más fuerza que el amor, porque no tiene escrúpulos, no se detiene ante nada, no tiene ninguna barrera que le pueda frenar. Y el amor le molesta, el amor lo desenmascara, el amor, lo cuestiona. Por eso Jesús topó con él, por eso Jesús fue destruido.
Y ahora, en la cruz, se cumple este anuncio. Sí, Jesús muere destrozado por el mal y el pecado, pero muere habiendo vivido la vida humana como un acto total, lleno, de amor. Un hombre que ha amado sin ceder nunca ante la serpiente, sin ceder nunca ante el egoísmo y el pecado. Y éste es el triunfo. El proyecto de hombre que Dios quería se ha realizado: un hombre concreto, Jesús de Nazaret, lo ha llevado a cabo.
Y allá, al pie de la cruz, está la otra mujer. Hija de la misma estirpe que Eva y Adán, ella trae al mundo a aquel que ha atacado la cabeza de la serpiente y no ha podido ser atacado por ella. Por aquella mujer, María, se ha abierto la puerta de la salvación, de la liberación del pecado que oprimía la historia humana.
En la cruz se cumple aquel anuncio. La estirpe de la serpiente y la estirpe de la mujer se han enfrentado, y se ha realizado la victoria del amor de Dios.


ORACIÓN
Gracias, María, por habernos dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida. Ruega por nosotros para que 
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar con júbilo, el gozo de creer, 
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario