jueves, 17 de mayo de 2012

Mes de mayo, mes de María: dia 17

 
MEDITACIÓN
Jesús pasó muchos años en Nazaret, con José y María, creciendo como los demás niños de su edad, jugando, aprendiendo a trabajar, aprendiendo a vivir.
De María, Lucas nos ha repetido esta frase que a él le gusta tanto: «Su madre conservaba todo esto en su corazón». Sí, a María le debía hacer mucha ilusión ver como su hijo crecía, y se hacía fuerte e iba llenándose de sabiduría. Y le debía hacer mucha ilusión ver como la gracia de Dios estaba sobre él, como Dios era para él alguien muy cercano, una comunión de vida que se trasparentaba a cada paso.
Le debía hacer ilusión, a María, ver también como Jesús aprendía a vivir ya convivir. Allí en casa, María le debía haber enseñado muchas cosas. Cosas que van formando a la persona, cosas que permiten vivir en el mundo. Desde la infancia, cuando aprendía a caminar, hasta de mayor, cuando aprendía aquella sabiduría que está hecha de muchos pequeños aprendizajes. La vida de aquella época era muy diferente a la nuestra. Pero la tarea de una madre era tan fundamental entonces como ahora.
Y finalmente, a María le debía hacer mucha ilusión, una enorme ilusión, ver cómo Jesús vivía la proximidad de Dios. Lucas lo dice así: «La gracia de Dios lo acompañaba». Y Jesús crecía cercano a Dios, e iba abriendo los ojos a su misión, y experimentaba la fuerza del Padre que le había enviado, y la vida del Espíritu que estaba en él. Hasta aquel día en que dejó la casa y el pueblo y se fue al jordán, donde bautizaba aquel predicador sorprendente que se llamaba Juan Bautista. Y en el Jordán se oyó la voz del Padre: «Eres mi Hijo, mi amado, mi preferido».
 

 
ORACIÓN
Gracias, María, por habernos dado a conocer a toda la Iglesia,
el gran cántico de tu vida. Ruega por nosotros para que
alabemos el nombre de Dios en todas las cosas.
Santa María, haznos cantar con júbilo, el gozo de creer,
fomentando el bien, la justicia y la caridad.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
 

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