martes, 14 de agosto de 2012

Evangelio en la solemnidad de la Asunción de la Virgen

Lucas 1,39-56


En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».



ORACIÓN

Oh gloriosa Señora,
elevada sobre las estrellas,
que en vuestro seno santificado
habéis criado providencialmente a vuestro Creador.
Lo que nos quitó la triste Eva,
Vos lo devolvéis por vuestra santa fecundidad;
Vos sois el camino que hace entrar en el cielo a los que lloran.
Vos sois la puerta del gran Rey,
la brillante entrada de la luz.
Pueblos redimidos,
cantad a la Vida dada por la Virgen.
Gloria a Vos, Señor,
que habéis nacido de la Virgen,
así como al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.

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