miércoles, 29 de agosto de 2012

LXXVI Aniversario del Martirio del Obispo Beato Diego Ventaja Milán



La Diócesis de Almería celebra el próximo jueves, 30 de agosto, la Jornada Martirial 2012, que se unirá a la celebración litúrgica del Beato Diego Ventaja Milán y compañeros mártires. Para esta ocasión, el Obispo Diocesano, monseñor Adolfo González Montes, presidirá la Eucaristía que se celebrará ese mismo día, a las 11:00h, en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de La Encarnación.



Al término de la santa Misa, el Prelado oficiará la oración y el homenaje ante la efigie del Obispo mártir, en la plaza de la Catedral, acompañado por José Juan Alarcón Ruiz, Delegado Episcopal para las Causas de los Santos.


A las 12:30h está previsto que el Obispo de Almería presente, en el Auditorio Juan Pablo II de la Casa Sacerdotal (sita en la plaza de la Catedral), el proyecto de restauración y acondicionamiento de los principales lugares martiriales de la Diócesis de Almería, como son Pozo de la Contraviesa y el Pozo de la Lagarta de Tahal, así como la capilla y centro “Obispo Diego Ventaja” de El Corsario-Barranco del Chisme (Vícar).



Martirio de San Juan Bautista



Hoy la Iglesia recuerda y celebra el martirio de San Juan Bautista, el precursor de Cristo, antesala, preludio, anunciador del Mesías que el pueblo judío estaba esperando. Los evangelios le recuerdan como un hombre austero, solitario, que finalmente entregó su vida por aquello que configuró su misión: anunciar la Verdad -que es Cristo- y todas las "verdades" por molestas que sean de escuchar. "Convertíos…"


Por eso, de algún modo, San Juan Bautista no sólo anuncia la cercanía del Reino que llega con Cristo, sino que también con su muerte anuncia la Pascua, el Misterio cristiano. No es fácil vivir dando sentido a la muerte, y menos cuando nos encuentra violentamente. Por eso las palabras de Jeremías: no les tengas miedo… porque Yo estoy contigo para librarte; no les temas, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Es muy curiosa esta frase. ¿Cuántas veces son nuestros propios temores ante algo o alguien lo que nos hace realmente apocados, pusilánimes, cobardes?.

martes, 28 de agosto de 2012

Santos Mónica y Agustín




San Agustínes considerado el más grande de los Padres de la Iglesia, un gran filósofo y teólogo; la obra de este santo fue fundamental para el posterior desarrollo de la filosofía, la teología y el pensamiento en general en Occidente.


Agustín nació en Tagaste (Argelia) el 13 de noviembre del año 354. Su padre, Patricio, era pagano. Su madre, Santa Mónica, fue un modelo acabado de esposa y madre cristiana: sus virtudes ejemplares, su sufrimiento y su oración conseguirían, primero, la conversión de su marido, quien se bautizó a la hora de la muerte, y, después, la de sus hijos. Santa Mónica ejerció sobre Agustín una influencia decisiva. Éste nos ha dejado en sus Confesiones el mejor elogio de su madre. Sin embargo, como él mismo relata en dicha obra, la juventud de Agustín se distinguiría por una conducta de libertinaje, junto con una búsqueda incesante de la verdad.


Cursó estudios en su ciudad natal, Tagaste, y posteriormente en Manila y Cartago. A los 17 años se procuró una concubina, con la que tuvo un hijo. La lectura del Hortensiode Cicerón, despertó en él la vocación filosófica. Fue maniqueo puritano desde los diecinueve años hasta los veintinueve.


Decepcionado por el maniqueísmo, que concebía al mundo como una oposición sostenida entre los principios del bien y del mal, fue a Roma en el año 383, abrió escuela de retórica y se entregó al escepticismo académico.


Al año siguiente ganó la cátedra de Retórica de Milán. En esta ciudad acudió a escuchar los sermones de San Ambrosio, quien influyó mucho en la vida de Agustín al hacerle cambiar de opinión sobre la Iglesia católica, la fe, la exégesis y la imagen de Dios.


Tuvo contacto con un círculo de neoplatónicos de la capital, uno de cuyos miembros le dio a leer las obras de Plotino y Porfirio, que determinaron su conversión intelectual.


La conversión del corazón sobrevino poco después, en septiembre de 386, de un modo inopinado. Al año siguiente, su madre, Santa Mónica, quien tanto influyera con su oración y sufrimiento en la conversión de su hijo, murió en Ostia, Italia. Su fiesta se celebra el día anterior a la de su hijo, el 27 de agosto.


Deseoso de ser útil a la Iglesia, Agustín volvió a su continente natal, África, y comenzó a planear una reforma de la vida cristiana. Tres años más tarde fue ordenado presbítero en Hipona para ayudar a su anciano obispo Valerio. Éste, en 396, le consagró obispo, y a su muerte el año siguiente Agustín le sucedió en la sede episcopal. Bajo su orientación la Iglesia africana, derrotada, recobró la iniciativa.


Agustín fue desarmando y desenmascarando las herejías que estaban más difundidas en la época. Los últimos años de su vida se vieron turbados por la guerra. Los vándalos sitiaron su ciudad y tres meses después, el 28 de agosto de 430, murió en pleno uso de sus facultades y de su actividad literaria.


Era de constitución fuerte y sana, como lo demuestran sus actividades, trabajos, viajes y serena ancianidad; sus enfermedades se debieron a constantes excesos de fatiga, ascesis y apostolado. La ilusión de su vida fue la verdad para todos los hombres. Pendiente de sus circunstancias, vivió luchando, aunque era de carácter sereno y apacible. Convirtió su pequeña diócesis en corazón de la cristiandad. Hoy sus restos mortales descansan en Pavía. Comúnmente es representado con traje de obispo o de monje, llevando en la mano un libro, un corazón o una iglesia.


Sus numerosas obras nos han llegado casi en su totalidad y en buen estado. En ellas trata muy diversos temas, desde los que hablan de su propia vida, como las Confesiones y los Soliloquios, hasta varias obras de tema moral y ascético, pasando por otras de carácter exegético y muchas apologéticas —entre ellas La Ciudad de Dios— y con argumentos contra el maniqueísmo y las principales herejías de su tiempo.





La vocación de San Agustín, su misión, consistió en recoger, coordinar, asimilar y transmitir dos culturas, la grecorromana y la judeocristiana. Lo realizó tan perfectamente, que se constituyó en genio deEuropa. Marcó una nueva ruta al pensamiento y su influjo en la espiritualidad cristiana ha sido notable.


Tenía grandes cualidades humanas: inteligencia poderosa para la síntesis y el análisis, voluntad ardiente e indomable, sensibilidad tierna y viril, vitalidad exuberante, imaginación creadora, iniciativa inagotable, estilo encantador, sentido del humor y del ridículo.


Fue el primer filósofo que adaptó una teología racional a los tres problemas radicales de la existencia, la verdad, el ser y el bien; y casi el primer teólogo que confió en una filosofía crítica, frente a los dogmatismos y fideísmos ilusorios, considerando el entendimiento como revelación natural.

Hombre de una sola pieza, unificó su vida, sus obras y sus intenciones en un sistema vivo y dialéctico, a veces implícito. Teoría y práctica son en él dos formas de una sola postura, si bien es exagerado decir que sus teorías son generalizadoras de sus experiencias. Cada tesis tiene valor desde su fundamento, pero el fundamento florece en cada tesis. Su obra podría definirse como antropología teológica, y, en este sentido, podría hablarse de un humanismo cristiano: la condición humana es su punto de partida, incluso para demostrar la existencia de Dios.


La posteridad ha venerado siempre a este gran genio, y muchas ciencias humanas encuentran en su pensamiento muchas de sus bases y postulados de fondo. Se le ha reconocido el ser un pensador evolutivo, teológico y católico.




Alocución del Excmo. y Rvdmo. Obispo de Almería en la solemne procesión de alabanzas de Ntra. Sra. la Santísima Virgen del Mar Coronada, Patrona de la Ciudad de Almería



Queridos diocesanos:

La fe que tenemos en Cristo nos congrega un año más en esta procesión de alabanza a Santa María, llevando a hombros la imagen sagrada de la santísima Virgen del Mar, nuestra Patrona, para que cuantos llenan las calles se sientan atraídos a su paso por la poderosa luz de esta Estrella de los Mares que nos guía hacia Cristo, verdadero puerto de salvación.


Durante siglos la Santísima Virgen ha acompañado nuestra vida y a ella hemos acudido para pedir de la misericordia de Dios la ayuda que necesitamos por medio de su divino Hijo. En la situación de crisis económica y social que vivimos, la ayuda de la Madre del Señor nos llega con una invitación a seguir la palabra de Cristo, a dar cabida en nuestra vida a los mandamientos de Dios que Jesús resumió en el amor a Dios y al prójimo. No podemos vivir como si Dios no existiera, no podemos comportarnos como si no hubiéramos escuchado jamás el Evangelio de Jesús y su palabra de vida eterna. En el evangelio de este domingo Jesús nos dice: “El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada.  Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen” (Jn 6,63s).


¿Dejaremos de escuchar estas palabras de Jesús? María nos dice una y otra vez como en la boda de Caná: “Haced lo que él os diga” (2,5). Acojamos, queridos diocesanos, estas palabras de la Virgen María y acudamos a Jesús, único maestro de los hombres que tiene palabras de vida eterna. Él es la Palabra de Dios hecha carne, el pan de vida partido y entregado para la vida del mundo.


Sólo mediante una profunda renovación espiritual podremos afrontar los sacrificios que requiere nuestra sociedad. Son los criterios morales los que podrán sacarnos de una crisis, cuyas raíces se hunden en al inmoralidad del despilfarro, la riqueza fácil y sin esfuerzo, el bienestar sin sacrificio y solidaridad con los más necesitados y empobrecidos.


Acudimos a la Virgen del Mar para pedirle esa renovación espiritual que nos ahrá mejores y nos permitirá afrontar un futuro más esperanzador, porque ha de ser un futuro construido sobre la justicia y la libertad verdaderas, que dan como resultado la paz social, donde la caridad da calor espiritual y alienta la equidad y la solidaridad.


Con mis hermanos los obispos, hago un llamamiento a trabajar unidos por lograr metas de empleo y paz social que necesitamos, porque “es imprescindible un profundo sentimiento de solidaridad con los que sufren (…) La pobreza y el desempleo degradan la dignidad del ser humano. Por ello es necesario impulsar un nuevo dinamismo laboral que nos comprometa a todos a favor de un trabajo decente que —en palabras del Papa Benedicto XVI— permita satisfacer las necesidades familiares (…), un trabajo que deje espacio para rencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual” XCL Asamblea plenaria de la CEE,Declaración ante la crisis moral y económica, nn.4 y 5).


Pidamos a la Virgen María nos cobije bajo su manto para que crezcan en nosotros aquellos sentimientos que nos ayuden a superar todas las dificultades que el egoísmo y el afán de poder generan; para que orientados todos hacia metas comunes de fraternidad y progreso logremos con al ayuda de Dios misericordioso un bienestar acorde con la dignidad humana, fundamento de la verdadera paz social.


Virgen del Mar,
Patrona de nuestra Ciudad,
Amparo de cuantos te invocan
Madre de Cristo y nuestra:
Escucha las plegarias
de tus hijos necesitados
y líbranos de todo peligro,
oh siempre Virgen, gloriosa y bendita.
Amén.

Plaza Circular frente al Mar
26 de agosto de 2012

                                                                       + Adolfo González Montes
                                                                                  Obispo de Almería

Evangelio en el Domingo XXI de T. O.


Juan 6,60-69


En aquel tiempo, muchos de los que hasta entonces habían seguido a Jesús dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».  Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios».


ORACIÓN
Señor, lo que pasó entonces sigue ocurriendo hoy: 
muchos te dejan porque, engañados por el mundo y la carne, 
el demonio les hace creer que seguirte es de idiotas. 
Pues, mira, yo quiero ser ese idiota: desprecio olímpicamente
 lo que ofrece el mundo y sus engaños 
y me agarro fuertemente a tu mano. 
Con Pedro te pregunto: 
¿A quién voy  a ir lejos de ti? 
Y me respondo aclamándote:
¡Tú tienes palabras de vida eterna!
Amén.

sábado, 18 de agosto de 2012

Evangelio en el Domingo XX del T. O.

Juan 6,51-58


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».


ORACIÓN
Te adoro con devoción, Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas apariencias.
A ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte.
Al juzgar de ti se equivocan la vista,
el tacto, el gusto,
pero basta con el oído para creer con firmeza;
creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios;
nada es más verdadero que esta palabra de verdad.
En la cruz se escondía sólo la divinidad,
pero aquí también se esconde la humanidad;
creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.
No veo las llagas como las vio Tomás,
pero confieso que eres mi Dios;
haz que yo crea más y más en ti,
que en ti espere, que te ame.
¡Oh memorial de la muerte del Señor!
Pan vivo que da la vida al hombre;
concédele a mi alma que de ti viva,
y que siempre saboree tu dulzura.
Señor Jesús, bondadoso pelícano,
límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre,
de la que una sola gota puede liberar
de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo escondido,
te ruego que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro ya no oculto,
sea yo feliz viendo tu gloria.
Amén.

jueves, 16 de agosto de 2012

Santa Beatriz de Silva y Meneses, estrella de la Inmaculada

 
Beatriz nació en Ceuta, de padres portugueses, de nobleza real, y pasó a Castilla como dama de la corte de la reina Isabel, esposa de Juan II, padres de Isabel la Católica.
Su belleza extraordinaria pronto deslumbró a todos, siendo causa de celos y envidias entre los cortesanos. Tanto fue así que la misma reina quiso quitársela de en medio como peligrosa rival, sirviéndose de un gran baúl donde moriría asfixiada... y fue allí donde Beatriz, al borde de la muerte, se confió a la Virgen Inmaculada, a quien había aprendido a amar desde niña bajo la educación de frailes franciscanos. Cuenta la tradición que allí mismo recibió la visita de la Virgen, vestida de blanco y azul, con el encargo de que fundara una Orden religiosa que honrase su Inmaculada Concepción.
 
 
Salió de la corte y se refugió en Toledo, en las Dominicas, donde permaneció, sin profesar, durante 30 años. Allí esperó el momento destinado por Dios para dar comienzo a la nueva familia religiosa.
 
 
Ayudada de la entonces reina de España, Isabel la Católica, comenzaron las diligencias sobre el asunto. Isabel pidió al Papa Inocencio VIII la Bula de aprobación y también donó los palacios de Galiana en Toledo, para primer monasterio de la Orden.
 
 
Ella fue la receptora e inspiradora del carisma, pero enseguida hubo de abandonar su proyecto en manos del Señor. Profesó esta vida y murió.
 
 
¿Cuál fue la obra y misión de esta gran mujer? Sin duda alguna, su Orden. «Santa Beatriz de Silva fundó la Orden de la Inmaculada Concepción, para el servicio, la contemplación y la celebración del misterio de la Inmaculada Concepción. Las concepcionistas se obligan a vivir las actitudes de María en el seguimiento de Cristo» (Constituciones, nº 9).
 
 
Cuatro siglos antes de ser declarado «dogma» el misterio de la Inmaculada Concepción, Dios inspira a una mujer ir preparando el camino en la vida y el corazón de las concepcionistas.
 
 
¿Donde está, pues, Beatriz? Beatriz está en el cielo y también en su obra: la Orden de la Inmaculada Concepción que ella fundó. Y hoy también sigue siendo válida para los hombres la vida contemplativa de las seguidoras de santa Beatriz que, desde el silencio y soledad de sus monasterios, proclaman la soberanía de Dios y su amor gratuito a los hombres y mujeres de todos los tiempos, amor que hacen presente a través de su oración.


De santa Beatriz de Silva bien se podría decir que fue la «precursora de la Inmaculada». Dios la eligió para que, a través de la vida de sus hijas, se fuese preparando el camino y haciendo «luz» al dogma de la Inmaculada Concepción. Cuatro siglos antes de que la misma Virgen revelara en Lourdes: «Yo soy la Inmaculada Concepción», santa Beatriz lo vivió y lo dejó como carisma en las monjas Concepcionistas Franciscanas, quienes reciben también de la espiritualidad de san Francisco de Asís, y viven la vida fraterna en un estilo humilde, sencillo y universal.


martes, 14 de agosto de 2012

Evangelio en la solemnidad de la Asunción de la Virgen

Lucas 1,39-56


En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».



ORACIÓN

Oh gloriosa Señora,
elevada sobre las estrellas,
que en vuestro seno santificado
habéis criado providencialmente a vuestro Creador.
Lo que nos quitó la triste Eva,
Vos lo devolvéis por vuestra santa fecundidad;
Vos sois el camino que hace entrar en el cielo a los que lloran.
Vos sois la puerta del gran Rey,
la brillante entrada de la luz.
Pueblos redimidos,
cantad a la Vida dada por la Virgen.
Gloria a Vos, Señor,
que habéis nacido de la Virgen,
así como al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.

Los católicos franceses recuperan la Oración por Francia en su fiesta patronal de la Asunción


Recuperando la oración por Francia instaurada por el rey Luis XIII en 1638 y abandonada tras la Segunda Guerra Mundial, en una carta enviada a todas las diócesis el 25 de julio, el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal André Vingt-Trois, explicaba que «dada la situación y los probables proyectos legislativos del Gobierno sobre la familia, considero oportuno dar una señal nacional con motivo del 15 de agosto». El objetivo primordial, afirma el cardenal, es conseguir que “algunos de nuestros fieles se sensibilicen, incluso entre nuestros parlamentarios”.


La oración universal se rezará en todas las parroquias el miércoles 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, Patrona de Francia y fiesta nacional muy popular. Tiene cuatro peticiones:

  • “por quienes en estos tiempos de crisis económica padecen dificultades y ven con inquietud el porvenir; por quienes tienen la capacidad de tomar decisiones en estos temas y para que Dios que nos conceda ser más generosos y solidarios con nuestros prójimos”
  • “por aquellos que han sido recientemente elegidos para legislar y gobernar, para que su sentido del bien común de la sociedad prime sobre las peticiones particulares y para que tengan la fuerza de seguir las indicaciones de su conciencia”
  • “por las familias, para que su legítima confianza de apoyo social no sea defraudada, para que sus miembros se sostengan con fidelidad y ternura durante toda su vida, especialmente en los momentos dolorosos, para que el compromiso de los esposos entre sí y respecto a sus hijos sea un signo de la fidelidad del amor”
  • “por los niños y jóvenes, para que todos nosotros ayudemos a cada uno de ellos a descubrir su camino para progresar hacia el bien, para dejen de ser objeto de los deseos y conflictos de los adultos y puedan beneficiarse plenamente del amor de un padre y de un madre”
  •  

El cardenal Vingt-Trois ya había recordado la postura de la Iglesia, en la defensa del orden natural, sobre el tema de las uniones de homosexuales tras reunirse con Hollande en julio, cuando insistió en que “el matrimonio no es una forma de reconocer la autenticidad de las relaciones entre dos personas que se quieren” sino “una institución social” para garantizar “una buena educación de los niños”.


En un país donde tanto la derecha como la izquierda enarbolan la laicidad, ha sorprendido esta repentina toma de posición de los obispos, ya que desde el final de la II Guerra Mundial, la Iglesia se había mantenido alejada de la vida política, tanto en las homilías de los Obispos como en los documentos de la Conferencia Episcopal.